Ada Lovelace

Ada Lovelace

Podríamos decir apropiadamente que la Máquina Analítica calcula patrones algebraicos como la de Jacquard teje flores y hojas. En esto radica la originalidad de la Máquina Analítica. Estas palabras fueron escritas por la Sra. Ada Augusta Lovelace (1815-1852), la única hija legítima del poeta inglés Lord George Byron y su esposa Anna Isabella Milbanke. 

Lord Byron fue uno de los escritores más importantes y versátiles del movimiento romántico. En 1809 toma su banca en la Cámara de los Señores. Su corta vida, llena de aventuras fue considerada como un modelo de aquél romanticismo. En 1814 escribe Lara y en 1815 nace su hija Ada. En 1818 escribe los primeros dos cantos del Don Juan. En 1816 se separa de su esposa legal y es condenado al ostracismo por la sociedad. Se traslada a Venecia y nunca más regresaría a Inglaterra. Había escrito una de las sátiras más brillantes de la sociedad inglesa de su época. 

Su hija Ada Lovelace fue una mujer que dedicó la última década de su corta vida a interpretar la Máquina Analítica de Babbage.

Ahora considerada la primera programadora, Lovelace, como Babbage, estaba muy adelantada a su tiempo, insistiendo con ideas intelectuales en una época en la cual las mujeres solo expresaban el pensamiento de sus esposos. 

Oscura, delicada y considerada bella, Lovelace tenía 27 años cuando traduce del francés al inglés el papel de L. de P. Menabrea que se entregaba con la compra de la Máquina Analítica

Un genio matemático en el verdadero sentido de la palabra, Lovelace tomó sugerencias de Babbage y añadió sus notas al papel, resultando un trabajo tres veces superior al largo del manuscrito originalmente escrito.

En 1843, a los 28 años, Lovelace tuvo perfeccionado los planes de Babbage para la Máquina Analítica

Teniendo la buena fortuna de estar casada con un hombre que la alentó en su progreso intelectual, así como también la ayudó para cuidar a sus tres niños, Lovelace canalizó mucho de su talento y energía continuando con la causa de Babbage, y con el tiempo, corrigiendo algunos de los  serios errores del trabajo original.

Una de sus geniales ideas fue la de que un cálculo grande podía contener muchas repeticiones en la misma secuencia de instrucciones, y ella notó que usando un salto condicional sería posible preparar solamente un juego de tarjetas para las instrucciones recurrentes. Así describió lo que nosotros ahora llamamos un “bucle” y una “subrutina”.

Sus ideas fueron extendidas un siglo más tarde por el matemático británico Alan M. Turing en 1937 y por John von Neumann en 1946, ambos fundamentales en el desarrollo de la moderna computadora electrónica digital.

La mujer que poseyó tal percepción encontró un final dolorosísimo a los 36 años, enferma de cáncer, dejando a Babbage una vez más solo para continuar sus trabajos. 



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